como Isabel...(Lilith Schwarzerose y publico)

era cerca del campo de la ultima gran guerra, han pasado cerca de 10 años desde que termino la misma y reino la paz; eso para unos pero para el reino vampiro aun las inclemencias del tiempo y del tiempo se vienen encima, a lo lejos de este paramo un ejercito se acerca lentamente una bandera hondea al viento y es guiada por un elegante hombre ataviado con peto de acero y suntuosas ropas, se cubre la cabeza con una parca mientras de detiene a las puertas de una casa elegante -Soy el principe del reino de Bathory,capitan de la guardia de sangre, sumo general de las fuerzas del ejercito real, conde de vermellon y señor del circulo sangreal Guiles de Schwarzerose y busco a la dueña de estas tierras...- dijo el hombre con voz de mando...mientras siguio sobre el caballo esperando y el ejercito detras de el

El ensordecedor ruido de los caballos al galope captó la atención de la joven que tranquilamente se entretenía con un juego de mesa. Una de sus doncellas se apresuró a abrir la puerta de la pequeña finca mientras la pequeña vampiresa seguía absorta en sus juegos. La doncella volvió con ella y le indicó que la buscaban, por lo cual la chica decidió salir al encuentro de aquel caballero que la requería ante su presencia. Al tenerlo de frente pudo observar que era alto y bien parecido y además vestía con una elegancia más que impresionante....
-Yo... yo soy la dueña de estas tierras... Decidme, caballero ¿Qué os trae por estos lares.-Preguntó, temerosa.

el caballero miro desde su caballo a la chica, tenia su mano para un desenvaine rapido pero; en vez de eso se baja del caballo. Los soldados todos se inclinan y bajan los estandartes y banderas, asi como el joven se inclina ante ella y en tono solemne alza la voz -viva Lilith I, la indomita reina del imperio Vampiro de Bathory y de las colonias que posee...viva Lilith...- es lo que dice al instante que todos los soldados gritan un viva mientras sigues postrados

-Aquí debe haber un error... efectivamente me llamo Lilith, mi señor... pero me temo que no soy reina y mucho menos parte de la realeza. Si bien mi posición económica me permite gozar de ciertos privilegios... pues.. eso no quiere decir que yo sea lo que ustedes dicen. Así que si me disculpan, me temo que tendrán que retirarse, pues están en mi propiedad y siendo ésta una pequeña villa donde viven solo damas, les ruego que no perturben la tranquilidad de mi hogar.-Dicho esto se giró y cerró la puerta frente al hombre que había venido buscándola, sin darle importancia; pensando que quizás todo esto no había sido nada más que un simple error.